Traductor

viernes, 4 de noviembre de 2016

NOBEL DE QUÍMICA A LOS CREADORES DE LAS MÁQUINAS MOLECULARES

El Premio Nobel de Química 2016 ha ido a parar a los científicos Jean-Pierre Sauvage, J. Fraser Stoddart y Bernard L. Feringa por diseñar máquinas moleculares, las máquinas más pequeñas del mundo.

Los científicos Jean Pierre Sauvage, de la Universidad de Estrasburgo (Francia), James Fraser Stoddart, de la Universidad de Northwestern (EEUU) y Bernard L. Feringa, de la Universidad de Groningen (Holanda) han sido agraciados con el Premio Nobel de Química 2016 por “el diseño y la síntesis de las máquinas moleculares”, las máquinas más pequeñas del mundo (1.000 veces más pequeñas que el ancho de un cabello humano), según ha publicado la Real Academia de las Ciencias Sueca.


Los premiados obtendrán 8 millones de coronas suecas (unos 880.000 euros).

La química alcanza una nueva dimensión gracias a sus investigaciones. Los sistemas moleculares se han extraído del estado de equilibrio y han sido conducidos a estados energéticos en los que poder controlar sus movimientos.

El motor molecular está en estos momentos -en términos de desarrollo- a la par que se encontraba el motor eléctrico en la década de 1830, sin saber que ayudaría posteriormente al funcionamiento de las lavadoras, los ventiladores o los trenes eléctricos.

Según los investigadores, estas máquinas moleculares se utilizarán en el desarrollo de nuevos materiales, sensores y nuevos sistemas de almacenamiento de energía.




jueves, 3 de noviembre de 2016

QUE SON Y PARA QUE SIRVEN LAS MAQUINAS MOLECULARES


El pegamento que se utilizó para la construcción de estas estructuras en forma de cadena era un ión de cobre, señala el diario español El Mundo. Después, el ión de cobre se retira y los eslabones quedan unidos de forma mecánica, no química, y pueden moverse con libertad en lo que en el campo de la química se han llamado Catenano.
El escocés Fraser Stoddart pasó al siguiente nivel en 1991, al desarrollar un rotaxano, una arquitectura molecular mecánicamente entrelazada que consiste en una molécula con forma de mancuerna en la que el aro molecular era capaz de moverse a lo largo del eje formado por otra molécula alargada.
Este descubrimiento dio paso al desarrollo de una especie de ascensor molecular, un músculo molecular y un chip informático basado en moléculas.

Se trataba del primer motor molecular diseñado por el hombre. Obviamente a todas estas máquinas les faltaba un elemento clave para su funcionamiento: la energía. Stoddart y su equipo consiguieron pronto controlar a su antojo el movimiento provocado por una fuente de calor sobre el rotaxano.
Finalmente, en 1999 Bernard Feringa fue el primero que desarrolló un motor molecular que giraba continuamente en una dirección. El investigador de la Universidad de Groninga consiguió rotar con motores moleculares un cilindro de vidrio 10.000 veces mayor que estos. Además, en 2011 diseñó una especie de nanocoche con cuatro ruedas.
Feringa afirmó que las posibilidades para el futuro son infinitas, desconocidas, inimaginables aún.
Según Sara Linse, de la Academia de Ciencias de Suecia, con estos descubrimientos se abre la puerta al diseño de materiales inteligentes, capaces de cambiar su forma, sus propiedades o sus funciones dependiendo del tejido al que se unan o de las señales químicas que se les envíen.
"El sueño es diseñar robots diminutos que se puedan inyectar en un tejido e introducir fármacos en una célula determinada o detectar células cancerígenas, por ejemplo, pero hay muchos otros campos de trabajo, como el de los materiales inteligentes", explicó Ben Feringa, uno de los premiados durante una conexión telefónica con el Comité del Nobel y la prensa.